Funcionalidad de la primera versión de MyRoT en campo
La idea del árbol cuentacuentos, surgió en el 2016, cuando la bióloga-botánica y escritora Emy (Herminia Peña), publica su primer libro. Este contenía 7 cuentos, entre los que estaba “El Barrigón”, para atraer la atención de los niños decide hacer una maqueta del personaje principal el árbol barrigón, pero su esposo Leonel González, experto en automatización industrial, le incorporó un iPad mini en la parte superior de su “tronco” que proyectaba una imagen de rostro con gestos dinámicos y una grabación en bucle o continua de los audiocuentos del libro, dando la impresión que el árbol hablaba.
En cada actividad cultural que la escritora Emy realizaba (escuelas privadas y públicas, ferias internacionales del libro en Panamá, empresas, centros comerciales y librerías) estaba presente el árbol cuentacuentos. Durante 3 años entretuvo a niños de diferentes edades.
En el caso de los niños menores de 4 años, cabe explicar un aspecto importante, por medio de las observaciones, dedujimos empíricamente la relación que de cada 10 niños menores de 4 años: 8 le temían al árbol cuentacuentos, no querían acercarse o simplemente lloraban. Estas reacciones son completamente normales y se explican porque los niños a los 3 años, empiezan a distinguir lo real de lo ficticio, pero la frontera es semi-permeable. Esta tarea requiere la capacidad de considerar el punto de vista de otros, sus objetivos y los medios utilizados para lograrlos, lo cual no es posible sino hasta los 7 años, cuando el niño empieza distanciarse de las escenas ficticias que lo conmueven (Harris, 2000).
Lo que significa que, a los 5 años, pudiera ser la edad media y apta para que los niños acepten o comprendan conceptos totalmente nuevos como un árbol que habla. Esta afirmación se acerca a los resultados de nuestras observaciones antes descritas. En esta fotografía observamos a un niño de 6 años, quien se sentó a escuchar 4 cuentos de manera continua, cada cuento duraba de 7 a 8 minutos. Aunque la mayoría solo escuchaba un solo cuento o la mitad, fue evidente la emoción que producían (inclusive en adultos) los estímulos visuales del árbol cuentacuentos. Siendo estos factores determinantes de la atención que, a su vez, es un componente importante para el proceso de aprendizaje porque es un prerrequisito para que ocurran los procesos de consolidación, mantenimiento y recuperación de la información (Diamond y Goldman-Rakic, 1989).
La atención de los niños motivada por la emoción de un elemento nuevo no fue lo único que nos llevó a reflexionar en la evolución del árbol cuentacuentos a MyRoT. Vimos diversas acciones de socialización hacia este. Como esta niña que lo abraza muy complacientemente, otros le instauraban conversaciones con pequeñas frases o preguntas (Hola, ¿Cuántos años tienes?, ¿Cómo te llamas?) que, al no ser respondidas, causaban decepción.
De allí, nos inspiramos a construir el primer prototipo de MyRoT para llevarlo a participar en el Tercer Congreso de Robótica Social (Peña et al., 2018), realizado en Panamá, donde obtuvo premios a: Mejor proyecto, por votación del público y Mejor paper, otorgado por el comité organizador del congreso, en el que participaron las Universidades de; Windesheim (Holanda), Delft (Holanda), Tufts (Boston), el Mit Media Lab, entre otros.
Diamond, A., y Goldman-Rakic, P. S. (1989). Comparison of human infants and rhesus monkeys on Piaget´s tasks: Evidence of dependence on dorsolateral prefrontal cortex. Experimental Brain Research, 74(9), 24.
Harris, P. L. (2000). Understanding children’s worlds: The work of the imagination. Oxford, UK: Blackwell.
Peña, H., N. Galy, A. Moncada, M. Victoria, L. González y P. Carreras. (2018). Interective Robot Tree and its use as a Toll in Psychodymaic Therapies. Orador. New Freands de Robótica Social para Educación y Terapia. Panamá, República de Panamá. Recuperado el 13 de marzo de 2022 de https://newfriends2018.online/wp-content/uploads/2019/05/ProceedingsNF18-1.pdf